Nulla poena sine lege clara (TAS) Una norma redactada de manera amplia igual puede cumplir con este principio
El Panel está de acuerdo con la recurrente en que la jurisprudencia del TAS exige, para imponer una sanción, que las normas disciplinarias deportivas sean lo suficientemente claras y precisas a la hora de proscribir la falta que se imputa a alguien; en otras palabras, nulla poena sine lege clara (principio de previsibilidad).
Por supuesto, los paneles del TAS han sostenido que las organizaciones deportivas no pueden imponer sanciones sin una base legal o reglamentaria adecuada y que dichas sanciones deben satisfacer una prueba de predictibilidad (véase CAS 2001/A/330 en el párrafo 17, CAS 2007/A/1363 en el párrafo 11). 17, CAS 2007/A/1363 en párr. 16, CAS 2008/A/1545 en párrafos. 93-97, CAS 2014/A/3516 en párr. 104, CAS 2014/A/3832 & 3833 en párrafos. 84-86, y CAS 2017/A/5086 en párrafos. 148-153).
Sin embargo, el Panel considera que, en cumplimiento de dicha jurisprudencia, el artículo 18 bis del RSTP, es suficientemente claro y preciso al prohibir a los clubes celebrar contratos que permitan a otras partes adquirir la capacidad de influir, en materia de empleo y de traspasos, en la independencia, la política o el rendimiento de los equipos de dichos clubes.
El Panel considera que una norma de amplio alcance, como el artículo 18bis del RSTP, no carece necesariamente de base jurídica suficiente debido a ese carácter. De hecho, el TAS ha sostenido anteriormente que “las disposiciones disciplinarias no son vulnerables a la aplicación de esa norma [nulla poena sine lege clara] por el mero hecho de estar redactadas de forma amplia. La generalidad y la ambigüedad son conceptos diferentes”; por lo tanto, un órgano de gobierno deportivo tiene ciertamente derecho a “redactar una disposición disciplinaria de un alcance capaz de abarcar las múltiples formas de comportamiento consideradas inaceptables en el deporte en cuestión” (CAS 2014/A/3516, en el párrafo. 105, citado con aprobación por el TAS 2017/A/5086 en el párr. 151).
Así pues, el hecho de que el artículo 18 bis del RSTP sea capaz de captar una variedad indeterminada de contratos como si proporcionara a una parte la capacidad de influir ilícitamente en la conducta de los clubes no significa que carezca de la suficiente base jurídica y previsibilidad. A este respecto, debe recordarse que, según la jurisprudencia consolidada del Tribunal Federal Suizo (o “TFS”), las sanciones disciplinarias impuestas por los órganos de gobierno del deporte deben ajustarse a las normas de derecho civil y no a las de derecho penal (véase, por ejemplo, la sentencia del TFS de 31 de marzo de 1999, 5P.83/1999, en el apartado 8b), y las normas de derecho civil son a menudo intrínsecamente vagas y revelan todo su significado sobre la base de la aplicación judicial (un ejemplo típico sería el concepto de buena fe establecido en el artículo 2 del Código Civil Suizo).
53. The Panel agrees with the Appellant that CAS jurisprudence requires, for a sanction to be imposed, that sports disciplinary rules be sufficiently clear and precise in proscribing the misconduct with which someone is charged; in other words, nulla poena sine lege clara (principle of predictability). As a matter of course, CAS panels have held that sports organizations may not impose sanctions without a proper legal or regulatory basis and that such sanctions must satisfy a predictability test (see CAS 2001/A/330 at para. 17, CAS 2007/A/1363 at para. 16, CAS 2008/A/1545 at paras. 93-97, CAS 2014/A/3516 at para. 104, CAS 2014/A/3832 & 3833 at paras. 84-86, and CAS 2017/A/5086 at paras. 148-153).
54. However, the Panel finds that, in compliance with that jurisprudence, Article 18bis RSTP, is sufficiently clear and precise in prohibiting clubs from entering into contracts which enable other parties to acquire the ability to influence, in employment and transfer-related matters, the independence, policies or teams’ performances of those clubs.
55. The Panel considers that a rule that is broadly drawn, such as Article 18bis RSTP, does not necessarily lack sufficient legal basis because of that character. Indeed, the CAS has previously held that “disciplinary provisions are not vulnerable to the application of that rule [nulla poena sine lege clara] merely because they are broadly drawn. Generality and ambiguity are different concepts”; therefore, a sports governing body is certainly entitled to “draft a disciplinary provision of a reach capable of embracing the multifarious forms of behaviour considered unacceptable in the sport in question” (CAS 2014/A/3516, at para. 105, quoted approvingly by CAS 2017/A/5086 at para. 151).
56. Thus, the fact that Article 18bis RSTP is capable of catching an unspecified variety of contracts as providing a party with the ability to unlawfully influence clubs’ conduct does not mean that it lacks sufficient legal basis and predictability. In this connection, it must be recalled that, according to the established jurisprudence of the Swiss Federal Tribunal (or “SFT”), disciplinary sanctions imposed by sports governing bodies must conform to civil law standards and not to criminal law ones (see e.g. SFT Judgement of 31 March 1999, 5P.83/1999, at para. 8b), and civil law standards are often inherently vague and reveal their full meaning on the basis of judicial application (a typical example would be the concept of good faith set out in Article 2 of the Swiss Civil Code).