Transferencias de Menores (TAS) Reglas generales para otorgar las excepciones
El artículo 19 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores (RSTP) de la FIFA se titula “Protección de los menores”. El artículo 19.1 del RSTP establece que, en principio, la transferencia internacional de jugadores sólo se permite si el jugador es mayor de 18 años. Esta norma se aplica a los jugadores aficionados y profesionales.
Las excepciones para permitir las transferencias internacionales de jugadores menores de 18 años sólo se permiten si están dentro de las excepciones permitidas en el artículo 19.2 del RSTP. Las excepciones se han admitido para proporcionar cierta flexibilidad – tanto a los clubes como a los jugadores – pero exclusivamente dentro del objetivo de proteger a los jugadores menores. Básicamente, las excepciones se han establecido para dar cabida a determinadas circunstancias razonables que no afecten a los menores, entre otras, en términos socioeconómicos, educativos, culturales, familiares y psicológicos.
La prohibición general contenida en el artículo 19.1 del RSTP se basa en que, si bien los traspasos internacionales pueden, en casos muy concretos, ser favorables a la carrera deportiva de los jóvenes jugadores, es muy probable que sean contrarios a su interés superior como menores. El interés de proteger el desarrollo adecuado y saludable de un menor en su conjunto debe prevalecer sobre los intereses puramente deportivos. Por lo tanto, el artículo 19 del RSTP sólo puede interpretarse de forma restrictiva teniendo en cuenta la finalidad protectora de la norma. Las excepciones establecidas en el artículo 19.2 RSTP están cuidadosamente redactadas y corresponden a situaciones en las que los redactores de los estatutos consideraron que los menores estarían adecuadamente protegidos. No hay margen para restringir la aplicación del artículo 19.1 RSTP permitiendo nuevas excepciones, distintas de las ya legisladas y enumeradas exhaustivamente en el apartado 2 de dicho precepto.
En aquellos casos en los que un panel del TAS esté convencido de que el traslado de la familia estuvo motivado por una mezcla de varias razones, y en los que cada una de las demás razones probadas sea legítima per se, la aplicación de la excepción prevista en el artículo 19.2(a) del RSTP se evaluará y decidirá en función del peso del “factor fútbol” dentro del conjunto de razones y de las circunstancias generales del asunto, como por ejemplo ¿Cuáles fueron los otros motivos? ¿Si toda la familia se trasladó? En qué medida el lugar concreto a que la familia decidió trasladarse se eligió teniendo en cuenta la actividad futbolística del menor?, etc. Por lo tanto, la interpretación más razonable y equilibrada de las normas en cuestión es que la inscripción del jugador sólo debe denegarse si el “factor fútbol” es el elemento predominante en la decisión de cambiar de país. Esta flexibilidad en la interpretación y aplicación de las normas no contradice en absoluto el rigor y el cuidado que deben tener los árbitros al aplicar las excepciones previstas.
La valoración de la excepción prevista en el artículo 19.2(a) del RSTP no es una tarea fácil porque implica y requiere la investigación de intenciones subjetivas. La carga de la prueba recae en el jugador, que debe demostrar que no había vínculos con el fútbol que sustentaran la decisión de la familia de trasladarse al nuevo país. El estándar para probar la excepción será “a satisfacción” y no “más allá de toda duda razonable”. No hay ninguna justificación para exigir un nivel de prueba más elevado que el establecido para los asuntos de dopaje y corrupción.
Article 19 of the FIFA Regulations on the Status and Transfer of Players (RSTP) is entitled “Protection of minors”. Article 19.1 RSTP states that, in principle, international transfer of players is only permitted if the player is over the age of 18. This rule applies to amateur and professional players. Exceptions to allow international transfers of players under the age of 18 are only permitted if within the exceptions allowed in Article 19.2 RSTP. The exceptions have been admitted to provide certain flexibility – to both clubs and players – but exclusively within the aim to protect minor players. Basically, the exceptions have been established to accommodate certain reasonable circumstances that would not affect the minors, among others, in socio-economic, educational, cultural, family and psychological terms.
The general prohibition contained in article 19.1 RSTP is based on the fact that, while international transfers might in very specific cases, be favourable to young players’ sporting career, they are very likely to be contrary to their best interest as minors. The interest of protecting the adequate and healthy developments of a minor as a whole must prevail over purely sporting interests. Therefore, Article 19 RSTP can only be interpreted restrictively in view of the protective purpose of the rule. The exceptions established in Article 19.2 RSTP are carefully drafted, and correspond to situations where the framers of the statutes felt that minors would be adequately protected. There is no scope to narrow the application of Article 19.1 RSTP by allowing new exceptions, other than those already legislated and exhaustively listed in paragraph 2 of said provision.
In such cases were a CAS panel is convinced that the move of the family was motivated by a mixture of several reasons, and where each one of the other proven reasons is legitimate per se, the application of the exception envisaged in Article 19.2(a) RSTP will be assessed and decided based on the weight of the “football factor” within the whole range of reasons and the overall circumstances of the matter, such as: What were the other reasons? Whether all the family moved? To what extent the specific location to which the family decided to move was chosen with due consideration of the football activity of the minor?, etc. Therefore, the most reasonable and balanced interpretation of the standards in question is that the player’s registration should only be refused if the “football factor” is the prevailing element in the decision to change countries. This flexibility in the interpretation and application of the rules in no way contradicts the strictness and care that the arbitrators must have in applying the envisaged exceptions.
The assessment of the exception envisaged in Article 19.2(a) RSTP is not an easy task because it implies and requires the investigation of subjective intentions. The burden of proof lies with the player, who needs to prove that there were no links to football underpinning the family’s decision to move to the new country. The standard for proving the exception shall be “comfortable satisfaction” and not “beyond a reasonable doubt”. There is no justification to require a higher standard of proof than the one established for doping and corruption matters.
CAS 2020/A/7503 N. v. Fédération Internationale de Football Association (FIFA)